jamasbesado
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Hola, soy nuevo en el foro y pensé inaugurar la primera experiencia que tendré pronto en el lado B compartiendo un relato.
Esto ocurrió mientras estaba cursando los últimos meses de 4to medio, lleno de esperanzas y sueños depositados en una prueba que cual sombrero seleccionador dictaminaría todo su futuro. Un joven tímido, de pocos amigos y muy poco audaz, siempre correcto y bien portado.
Estudiando en colegio de periferia, los profesores no prestaban mucha atención a los estudiantes, y ya quedando pocos meses para terminar, daban muchas libertades en el aula. Recuerdo que a esa clase se llegaba con el buzo de educación física, de esa forma uno estaba preparado para la clase siguiente, el salón era una sala de computación, con computadores muy antiguos y escritorios dispuestos en filas que alguna empresa desechó, en ellos se podían sentar hasta tres alumnos, y desde la perspectiva del profesor, solo dejaban ver desde el pecho hacia arriba.
Ella era la mejor estudiante de la materia, siempre sacaba 7, y no necesitaba prestar atención. Hace mucho tiempo que el profesor no interactuaba con ella en clases. Además de seca, era hermosa, tenía buen cuero, y era coqueta, era la típica compañera que saludaba a sus amigos de besos cuneteados, se sentaba en sus piernas y adaptaba su uniforme para verse lo más sexi posible. Seguramente alguna de las musas del portal eran similares en la escuela. En el recreo, algunos de sus amigos le tocaban el trasero a vista de todo el mundo en juegos en los que nunca me atreví a participar.
Con el tiempo, empezó a sentarse en el suelo, escondida por el último escritorio del salón de la vista del profesor y los demás estudiantes. Ocupaba su tiempo en dibujar, siempre estaba escuchando música, ensimismada en su mundo mientras el resto intentábamos obtener buenas notas para poder rendir la temida prueba.
Esos últimos meses de 4 medio, éramos los únicos en la última fila de escritorios y compartíamos el de la esquina, no éramos cercanos por lo que pasábamos la hora de clase siempre sin interactuar. Hasta que un día en que yo me había quitado los zapatos y estaba estirando los pies, se movió mirándome a los ojos con una mirada pícara y se sentó dejando su entrepierna resguardada por el buzo encima de mi pie. Estuve toda la clase sintiendo el calor de su entrepierna con el dedo gordo de mi pie derecho. La dinámica se empezó a repetir en cada clase, donde a veces me dejaba ver y tocar sus pechos, otras veces se acomodaba para que le tocara el trasero. Siempre al terminar la clase, tenía que salir del salón ocultando una visible erección. Era nuestro secreto, tan bien guardado que fuera de ese escritorio nunca hablé a solas con ella.
Un día se quedó dibujando sin que hiciéramos nada, lejos de mi, estuve toda esa clase erecto esperando que ocurriera algo. Cuando quedaban 5 minutos para tener que movernos a la siguiente clase se me acercó, me bajó el buzo, y me empezó a lamer el pene, solo a lamer como una gatita, la primera vez que me tocó el pene fue con su lengua, no lo podía creer, el profesor estaba haciendo su clase, había otros 30 alumnos en la salón y en esa situación estaba recibiendo mi primer oral, una gloria que sabía duraría unos escasos minutos. Un par de encuentros después ya me la chupo bien, con mucho cuidado de no hacer ruido, y atenta por si acababa para no dejar un desastre, lamentablemente nunca pude terminar en su boca, los nervios de ser descubiertos nunca me dejaron.
Recuerdo mucho una ocasión en que el profesor iba haciendo consultas a la clase en orden, a mí me tocaba al último, y ella sabía que no le iba a tocar. La muy morbosa me la empezó a chupar 3 puestos antes que me tocara a mi, y tuve que responder al profesor mientras ella tenía mi pene en su boca, y luego tuve que mantenerme estoico mientras me explicaban mi error ya que obviamente era incapaz de pensar en esa situación.
Más tarde uno de sus amigos nos descubrió, se quedó piola, pero la aventura tuvo que acabar.
Varios años más tarde otra compañera de ese curso me contó que la chica con la que viví esta experiencia en esa época era amante del profesor. Hasta el día de hoy me enciendo solo de pensar que posiblemente mire a los ojos a su amante, mientras ella me la estaba chupando.
JamasBesado
Esto ocurrió mientras estaba cursando los últimos meses de 4to medio, lleno de esperanzas y sueños depositados en una prueba que cual sombrero seleccionador dictaminaría todo su futuro. Un joven tímido, de pocos amigos y muy poco audaz, siempre correcto y bien portado.
Estudiando en colegio de periferia, los profesores no prestaban mucha atención a los estudiantes, y ya quedando pocos meses para terminar, daban muchas libertades en el aula. Recuerdo que a esa clase se llegaba con el buzo de educación física, de esa forma uno estaba preparado para la clase siguiente, el salón era una sala de computación, con computadores muy antiguos y escritorios dispuestos en filas que alguna empresa desechó, en ellos se podían sentar hasta tres alumnos, y desde la perspectiva del profesor, solo dejaban ver desde el pecho hacia arriba.
Ella era la mejor estudiante de la materia, siempre sacaba 7, y no necesitaba prestar atención. Hace mucho tiempo que el profesor no interactuaba con ella en clases. Además de seca, era hermosa, tenía buen cuero, y era coqueta, era la típica compañera que saludaba a sus amigos de besos cuneteados, se sentaba en sus piernas y adaptaba su uniforme para verse lo más sexi posible. Seguramente alguna de las musas del portal eran similares en la escuela. En el recreo, algunos de sus amigos le tocaban el trasero a vista de todo el mundo en juegos en los que nunca me atreví a participar.
Con el tiempo, empezó a sentarse en el suelo, escondida por el último escritorio del salón de la vista del profesor y los demás estudiantes. Ocupaba su tiempo en dibujar, siempre estaba escuchando música, ensimismada en su mundo mientras el resto intentábamos obtener buenas notas para poder rendir la temida prueba.
Esos últimos meses de 4 medio, éramos los únicos en la última fila de escritorios y compartíamos el de la esquina, no éramos cercanos por lo que pasábamos la hora de clase siempre sin interactuar. Hasta que un día en que yo me había quitado los zapatos y estaba estirando los pies, se movió mirándome a los ojos con una mirada pícara y se sentó dejando su entrepierna resguardada por el buzo encima de mi pie. Estuve toda la clase sintiendo el calor de su entrepierna con el dedo gordo de mi pie derecho. La dinámica se empezó a repetir en cada clase, donde a veces me dejaba ver y tocar sus pechos, otras veces se acomodaba para que le tocara el trasero. Siempre al terminar la clase, tenía que salir del salón ocultando una visible erección. Era nuestro secreto, tan bien guardado que fuera de ese escritorio nunca hablé a solas con ella.
Un día se quedó dibujando sin que hiciéramos nada, lejos de mi, estuve toda esa clase erecto esperando que ocurriera algo. Cuando quedaban 5 minutos para tener que movernos a la siguiente clase se me acercó, me bajó el buzo, y me empezó a lamer el pene, solo a lamer como una gatita, la primera vez que me tocó el pene fue con su lengua, no lo podía creer, el profesor estaba haciendo su clase, había otros 30 alumnos en la salón y en esa situación estaba recibiendo mi primer oral, una gloria que sabía duraría unos escasos minutos. Un par de encuentros después ya me la chupo bien, con mucho cuidado de no hacer ruido, y atenta por si acababa para no dejar un desastre, lamentablemente nunca pude terminar en su boca, los nervios de ser descubiertos nunca me dejaron.
Recuerdo mucho una ocasión en que el profesor iba haciendo consultas a la clase en orden, a mí me tocaba al último, y ella sabía que no le iba a tocar. La muy morbosa me la empezó a chupar 3 puestos antes que me tocara a mi, y tuve que responder al profesor mientras ella tenía mi pene en su boca, y luego tuve que mantenerme estoico mientras me explicaban mi error ya que obviamente era incapaz de pensar en esa situación.
Más tarde uno de sus amigos nos descubrió, se quedó piola, pero la aventura tuvo que acabar.
Varios años más tarde otra compañera de ese curso me contó que la chica con la que viví esta experiencia en esa época era amante del profesor. Hasta el día de hoy me enciendo solo de pensar que posiblemente mire a los ojos a su amante, mientras ella me la estaba chupando.
JamasBesado
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